jueves, 27 de octubre de 2011

Voracidad

Cambios, novedades, conmociones grandes y conmociones más grandes. Conmociones conmocionantes que conmocionan al mundo. A las 8, Apocalipsis; a las 8:30, El saludo a la nueva era. El parto del nuevo hombre/ la nueva mujer, nuevos lectores, nuevos ciudadanos. El parto de los montes.

Activos, aunque espectadores; consumidores, pero críticos. Inquietos. Voraces. Participativos. Ante todo, participativos: gilipollez 2.0. 

No quiero darle otra vuelta a Baudrillard, que era muy cansino, ni voy a inventar otra vez la lentitud, la introspección, ni la bolsa de agua caliente. Solo que pasa, a veces, que no queremos estar al tanto, saber qué se cuece. Que a veces no hay nada que comentar cuando se lee una noticia en el periódico, o una entrada en un blog. Que es posible no tener una clara actitud ante un fenómeno (digamos, el 15M, o el libro electrónico, o la sombra de ojos azulada), como es posible ser perezoso, pasivo, ensimismarse, desconectarse. Y sin que la desconexión sea una nueva tendencia, otra tendencia, otra puta tendencia. Y ahí quería llegar.
La obsesión por el hilo que pueda seguirse, la imagen impactante ha calado mucho más allá de los medios de comunicación y las agencias de publicidad. Así, los políticos, los bloggeros, los artistas tienen siempre acelerado el pulso: rápido el comentario, la novedad, la respuesta, otra novedad. La hiperestesia ya no es un estado, es una condición. 
Hoy yo no acabaré esta entrada, lo hará Flaubert, que yo tengo una flojera 2.0:
“¿Qué hiciste todo el día, mientras yo miraba el trigo que segaban, y el polvo, y los árboles verdes? ¿Cómo pasaste el domingo? Querría escribirte una carta buena y larga, pero tengo mucho sueño, aunque no son las diez. He traído aquí algunos libros que leeré poco, y mis guiones de la Bovary, en los que trabajaré mediocremente. Voy a comer, a fumar, a bostezar al sol, y sobre todo a dormir. A veces tengo grandes necesidades de sueño durante varios días, y prefiero un barbecho completo que media labranza.”

15 comentarios:

  1. ..."un barbecho completo que media labranza", mal traducido, es lo que en Castilla se llama "de hoja y vez", pero de acuerdo con tío Gustavo y contigo

    ResponderEliminar
  2. Y eso que es Siruela...yo cito por la edición del 89 (la de la foto), no sé si modificaron algo en la que hicieron hace unos años, pero no creo. Pasmado estoy. Primero, tus conocimientos ornitológicos, y ahora esto... el sentido se sigue, pese al desliz, y quizá nos permita a los torpes deducir el sentido mejor incluso que la expresión correcta. Sin defender al traductor ni a Siruela, podría decirse que es uno de esos casos, no tan raros en la vida y en la literatura, de error feliz, de afortunada metedura de pata.

    ResponderEliminar
  3. "Más vale un barbecho completo que media labranza" me parece una buena frase, de sentido bastante claro. No sé dónde está el desliz, cuál sería la versión correcta ni por qué es mala la traducción. El original dice: "et j'aime mieux une jachère complète qu'un demi-labour." Donde "jachère" es , dice el diccionario, "État d'une terre labourable qu'on laisse reposer temporairement en ne lui faisant pas porter de récolte afin qu'elle produise ensuite abondamment." Es decir, exactamente lo que en castellano se llama barbecho. Yo creo que está excelentemente traducido.

    ResponderEliminar
  4. Por cierto: No soy el traductor, ni le conozco. Tampoco me sé de memoria el texto original de Flaubert, ni lo conocía siquiera antes de leer tu post. Pero me ha picado la curiosidad, he traducido al francés una frase cualquiera del texto que citas, concretamente la que me ha parecido más sencilla e inequívoca: "Je voudrais t'écrire une bonne et longue lettre", la he tecleado en Google y la primera entrada que me ha salido ha sido esta página, donde tienes la carta entera y, por lo que parece, muchas más, toda la correspondecia de D. Gustavo. En Internet no está todo, pero casi. Aunque dé cierta rabia constatarlo.

    ResponderEliminar
  5. insisto en que está mal, 'media labranza' no tiene sentido en castellano, se trata de alternar campos labrados y sembrados con campos dejados en descanso (en barbecho) que a su vez al siguiente año se cultivan y viceversa. En Francia eso no tiene demasiado sentido, cierto es, porque los terrenos son mucho más fértiles que en esta dura meseta

    ResponderEliminar
  6. Yo creo que el sentido, tanto en el francés demi-labour como en el español media labranza, está claro: más vale dejar un campo sin labrar que labrarlo a medias. Y en general: es de más provecho descansar a fondo, para trabajar luego también a fondo, que trabajar a medias, de manera que ni el trabajo ni el descanso sirvan para lo que tienen que servir.

    ResponderEliminar
  7. Como dije en la respuesta a Lansky, creo que la imprecisión (mi padre lo llamaba "de año y vez", me parece; le preguntaré)aquí resulta bien, porque los que no sabemos francés ni de sistemas de cultivo comprendemos el sentido de "media labranza" y quizá no el del término preciso, que en francés seguramente es más común y desde luego más fácil de entender por deducción. Un error feliz o un acierto impreciso, que son los que mantienen a menudo los textos vivos en la traducción, siempre tan llena de aristas y decisiones imposibles. Un saludo.

    ResponderEliminar
  8. 'Año y vez' sí, también se dice así de bonito y preciso, con Vanbrugh no siempre pero a veces es inútil discutir

    ResponderEliminar
  9. No me cabe la menor duda de que existe un sistema de labrar los campos que recibe los nombres de "año y vez" o de "hoja y vez". Y si me la cupiera, miraría en Internet y dejaría de caberme. Sistema que, según me informa la consulta -que, claro está, he hecho- consiste en dividir la tierra de cultivo en dos hojas o partes de tamaño similar y cultivar una mientras que la otra permanece en barbecho para, al año siguiente, repetir el proceso pero con las hojas cambiadas.

    Es posible que Flaubert tuviera en la cabeza este sistema -suponiendo que lo conociera: no creo que fuera un experto en agricultura- cuando hablaba de demi-labour, pero, sinceramente, no lo creo. La expresión no tiene en francés el significado exacto que sí tienen en español las de "año y vez" y "hoja y vez", es decir, no es el nombre específico de una técnica concreta, y no creo, por ello, que deba ser traducida por ninguna de esas dos expresiones españolas, que sí lo son. Lo que un lector francés normal, no agricultor, entiende cuando se le habla de una demi-labour; y, con toda probabilidad, también lo que Flaubert tenía en la cabeza al usar esta expresión, es, sencillamente, una labranza hecha a medias. Y más en el contexto en que Flaubert lo usa, en el que este labrar a medias se está comparando, desfavorablemente, con no labrar en absoluto, con el claro propósito de significar que vale más no hacer un trabajo que hacerlo solo a medias. Por todo lo cual creo que la expresión "media labranza" que usa el traductor es la traducción más adecuada y correcta de la expresión "demi-labour" que usa Flaubert.

    Me gustan mucho las labores de traducción, como puede verse. Traduciré, pues, a mi buen amigo Lansky. En su idioma "con Vanbrugh no siempre pero a veces es inútil discutir" significa "Vanbrugh no siempre pero a veces deja de darme la razón".

    ResponderEliminar
  10. Ni en Francia ni en Australia existen las labranzas a medias, sólo en los delirios de V.. O sea, eso NO existe: se labra o no se labra, se siembra o no se siembra, se recoge la cosecha o no se recoge; y Flaubert sabía lo suficiente de agricultura, desde luego más que el 'urbanita' Vanbrugh, como puede comprobarse en su Diccionario de ideas recibidas que acompaña a la fantástica Bouvart y Pecouche.

    ResponderEliminar
  11. Solo en lo delirios de V... y en los de Flaubert, que, delirante él, se permitía hablar de demi-labours. O sea, exacta y literalmente, de medias labranzas, o labranzas a medias. Lamentablemente, se murió antes de que Lansky pudiera afeárselo convenientemente.

    (Hasta un urbanita sabe que si comienzas una tarea cualquiera pero no la terminas, tienes esa tarea hecha a medias. Lo cual, evidentemente, es tan aplicable a la labranza como al capado de gorrinos, en el que tampoco soy experto.)

    Los expertos en un campo cualquiera tienden a perder la perspectiva general, forzando demasiado el punto de vista que mejor dominan. El idioma, sin embargo, es precisamente el terreno de la perspectiva general, y el dominio de una jerga especializada cualquiera no solo no suple, sino que en ocasiones, como esta, perjudica el uso normal del idioma común. Mi amigo Lansky, lleno de virtudes, tiene entre ellas algunos defectos: singularmente el de ser experto en demasiadas cosas.

    ResponderEliminar
  12. Como soy experto en demasiadas cosas, también en Vanbrugh, así que me reitero a mi comentario:
    "con Vanbrugh no siempre pero a veces es inútil discutir "
    como se quería demostrar

    ResponderEliminar
  13. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  14. Y por cierto, dejar una cosa a medias es dejar una cosa a medias, no siempre merece una denominación especial, como una pared medio pintada, o una vaso de agua medio bebido. El lenguaje, sí es el punto de encuentro, y en disfraz del ignorante, aunque casi nunca sea tu caso.

    ResponderEliminar
  15. Lansky, Vanbrugh: No voy a ocultar que he disfrutado con vuestra disputa. Por la tensión, por los argumentos, y sobre todo por su existencia. A nadie parece importarle el idioma, su precisión o su claridad. A nadie parecen importarle (empezando por las editoriales y las productoras de cine, que los explotan y someten a condiciones surrealistas, pese a las cuales la mayoría sigue esmerándose en su trabajo)los traductores, ni las traducciones, nadie parece recordar que la lengua nos hace, y si la deshacemos nos deshacemos también nosotros. Gracias a los dos.

    ResponderEliminar