miércoles, 18 de enero de 2012

Esto no es la entrada de un blog

Ni un homenaje a Magritte. Ni el resultado de la fiebre del primer gran catarro del año (un servidor, con fiebre, piensa igual de mal que sin ella). Esto es solo una exclamación cibernética, un arqueo de cejas digital, un grito de estupor ante las cifras de ventas de libros que publica hoy ABC: lo más vendido en 2011, la dieta Dukan y el Indignaos, de Hessel. O, dicho de otra manera, los libros que más han comprado los españoles en 2011 son aquellos en los que, prácticamente, no hay nada que leer. Tres consejos, dos consignas, una tabla de calorías...el tiempo de tres telediarios, de dos programas de deportes de cuatro, de un bloque de publicidad de Tele5. 
 
Aún no he cerrado la boca, porque, cuando me disponía a darme un masaje para tratar de recuperar el movimiento de la mandíbula tras la lectura del titular, llegué al segundo párrafo de la noticia:
“... una bajada de las ventas del 4% y el descenso de la facturación, que se cifra en un 3%. No obstante, el precio medio de los libros se mantuvo alrededor de los 14,3 euros por ejemplar.”
   ¿Que los precios de casi todo han bajado por la crisis? ¿Que las promociones, rebajas, ofertas, regalos, oportunidades les parecen a la mayoría de comerciantes, productores y distribuidores de CASI TODO la mejor manera de combatir la caída del consumo y la pérdida de poder adquisitivo de buena parte de la población (acentuada por la superstición interesada de la lucha contra el déficit)? ¿Que esa parece ser la única manera de salvar las ventas? Eso es lo que parece dictar el sentido común, que ha invadido masivamente las tiendas y centros comerciales de este país. Pero no toda Hispania está ocupada: aún hay una pequeña región, rodeada de campamentos romanos, digo de tiendas con rebajas, que se resiste al invasor. Se trata de la aldea de Librix. Nadie ni nada les hará entrar en razón. Los precios, ni tocarlos. Será que tienen una pócima mágica, y algunos idiotas no nos hemos enterado. Igual compro la edición de lujo de la dieta Dukan, a ver si está ahí la receta.
  

5 comentarios:

  1. Reflejo del país y de su analfabetismo casi técnico. Es tremendo lo caro que sale leer, y claro, no me refiero sólo al dinero. La lectura tiene graves efectos secundarios pero sin duda, no leer, muchos más y peores.
    Un saludo, mientras descanso un poquito de tanto novelón.

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  2. La aldea Librix, em apunto a la metáfora (pero estamos rodeados)

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  3. Hay otra mercancía que también pierde compradores y a la que tampoco bajan el precio para recuperarlos: el tabaco. La cosa es coherente. Leer, como fumar, es un vicio adictivo y mal considerado, y de lo que verdaderamente se trata, aunque no se confiese, es de desalentarlo.

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  4. Además es posible que la gente compre menos jamón, o menos lavavajillas, o menos coches, por falta de dinero para hacerlo, y no de ganas, y que sea por tanto buena política la de bajar el precio a estas cosas para que la gente las vuelva a comprar. Pero la gente no compra menos libros por falta de dinero, sino porque no desea comprar libros. Los vendedores de libros son, sencillamente, realistas. La amarga experiencia les ha enseñado que, se les ponga el precio que se les ponga, la mayoría de la gente no quiere comprar libros. Excepto una minoría de perturbados, sus clientes, a los que les pasa todo lo contrario: quieren comprar libros, y acabarán haciéndolo, también a cualquier precio. Así las cosas, si en cualquier caso hemos de vender pocos, al menos vendámoslos caros...

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  5. Eso sí, la aldea de Librix no tiene jefe un Abraracurcix, y mucho menos un Panoramix.
    De acuerdo con todos, en casi todo. Casi, porque creo que hay una porción de esos enfermos/lectores que no puede seguir comprando a cualquier precio, y que en la tenue franja que hay entre el menudeo bibliotecario y la descarga ilegal, compraban en la medida de sus posibilidades. A esos perturbados, pobrecitos, sí les pueden quedar las ganas y no el dinero. Ahora bien, es cierto que hay una mayoría aplastante, como decís, de analfabetismo funcional y de desinterés por la lectura, y a esos ninguna rebaja les atraerá. Para eso hace falta otra cosa, Educación. Lo sabemos desde hace más de dos siglos, pero en el FMI, en Standard and Putos y en la CEOE no quieren darse por enterados. Un saludo a todos, que ya es jueves.

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