sábado, 5 de noviembre de 2011

Rebel-días de oro

No seamos nunca como nuestros padres. Lo dice un chico súpersúperrebelde en un anuncio. No seamos nunca como nuestros padres. Claro, que el anuncio es de un coche caro, y hace ver que todo se repite, que la frase es una ilusión. No hay, sin embargo, contradicción alguna. Puro sentido común de nuestros días, porque al comprarlo, el hipster del anuncio ya no es como sus padres, que necesitaban demostrar su poderío económico o tratar de simular alcanzarlo por medio de un coche. No. Él y su chica (también monísima, súpersúperrebelde y monísima de la muerte) lo que necesitan es, en cambio demostrar el poderío económico o simular alcanzarlo sin ser aburridos, formales, convencionales.Cambiar de peinado y de zapatos. 


Coche grande, clásico, caro: trasnochado.
Coche no tan grande, modernísimo (ya sea un “todocaminos”, un coupé, una mezcla de monovolumen y deportivo, yo que sé),  igual de caro:

el Sturm und Drang del siglo XXI, 

o sea,
un Sturm und Drang en un vaso de agua de Vichy.

Moragas en moto y con el pelo largo (del pelo de Aznar no hablo que es de noche y tengo el sueño delicado). Chicas punkis en hoteles con Spa donde ligan con ejecutivos jóvenes con barba espesa .Aceptamos pulpo como animal de compañía y Pereza como grupo de Rock. De Cospedal con palestino. Algoestápasandoen...nomejodas.com.

8 comentarios:

  1. El anuncio que mencionas en último lugar (chica punk, chico ejecutivo con barba cerrada) es genial, debindo a sus sonrisas y múltiples lecturas

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  2. Desengañemonos Preocupin, hay que ser realmente súpersúperrebelde para vivir así, creyendose siempre guapo, rico y cool a tope, a fin de cuentas no se puede ir mas en contra de la realidad ... y si tienes un coche viejo pues te crees ser un coleccionista y a tirar millas...

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  3. Pero qué bueno, Preocupín! Me tienes atrapada con tus análisis de la actualidad y tus comparaciones alemanas. Estoy contigo y no se puede decir más claro y mejor. Clic en Me gusta.

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  4. Lansky, el anuncio es intachable como tal, pero entre las miradas y la tensión sexual asoma una lectura que me hizo usarlo: que el ejecutivo parezca un hippy y que la chica de aire punk esté en un Spa significa que para el publicista y para nosotros como público no hay ya (quizá, de fondo, nunca la hubo, no sé, pero lo creíamos, o lo creían, o se narraba como tal) contradicción alguna en esa disociación entre lo aparentemente contracultural, subversivo y su integración sin violencias ni fisuras en el mecanismo, pues todo es pura superficie, nicho de mercado: un pasillo distinto en el centro comercial, un ropa distinta, una web distinta en la que contratar el Spa, pero los mismos intereses, la misma aceptación, la misma toalla complaciente.
    GuiSante, Señorita Sunshine, gracias por los comentarios. En cuanto a lo alemán, aunque lo del Sturm… es solo un chascarrillo, quizá sí haya un hilo que va de Herder al romanticismo alemán, después al inglés (etc.), de ahí al simbolismo y el decadentismo francés, y después a las vanguardias… ese hilo, cuando pasa a la cultura (o contracultura) popular anglosajona comienza a deshilacharse de movimiento juvenil en movimiento juvenil hasta llegar a ser apenas reconocible como uno de los que forman uno de los tejidos de moda del siglo XXI, ya vaciado totalmente de sentido. Eso, o el café que me he tomado llevaba algún licor que no recuerdo haberle añadido. A saber…
    Un abrazo a los tres.

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  5. Definitivamente, debo dejar la bebida. Me castigaré convenientemente por el comentario anterior y devolveré este blog a su ser. El flagelo y el cilicio acolchaditos o de poliespán, eso sí.

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  6. En efecto: a todos nos une el consumismo, por eso el término 'Sociedad de consumo' no es abusivo sino certero

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  7. Sobre este asunto y algo más hablan muy bien aquí:

    http://clementcadou.blogspot.com/2011/11/on-approppriationism.html

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  8. Gilles, lo vi y comenté en el blog que mencionas. Me pareció, como dices, muy bien escrito. Algo después de que yo escribiera esta entrada llegaron los anuncios de Movistar, que son paradigmáticos en lo que aquí se comenta. De haberlos visto antes, desde luego los habría mencionado. Confieso que me cabrean, de hecho, incluso más que el del coche y el del hotel. Bienvenido a Regardé y un saludo.

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