Es seguro que me equivoco al recordar, de memoria, un poema de Homero Aridjis sobre Orfeo, que decía algo así como que los no iniciados deben cerrar los ojos y quedarse fuera de la luz. Sólo los iniciados deben mirar. Repitamos. Los no iniciados: fuera de la luz. Tú, no-iniciado-de-mierda-con-cara-de-gañán, a las tinieblas. No quiero verte abrir los ojos. Piltrafilla.
Más o menos, milímetro de exageración arriba o abajo, así me siento en una degustación de delicatessen o en una cata de vinos. En la oscuridad, mientras los que saben sonríen tras sus copas perfectas, levantan sus cejas perfectas para dejarse invadir por esas perfectas notas cítricas, o a especias, que ellos saben apreciar en su nunca bastante aclamada perfección. Vale, muchos no saben quién o qué era Orfeo, pero ellos pueden abrir los ojos (mucho) y decir “coupage”.
Por fortuna para mí y para los que me rodean (qué expresión, suena a cerco policial:”estás rodeado, sal con las manos por encima de la cabeza” ) y me aguantan, ahora tengo este blog. ¿Cómo hacía antes para descargar mi ira infinita al salir de la tienda Gourmet de El Corte Inglés? Ahora puedo ser el Paco Martínez Soria de las enotecas, porque tengo este espacio donde vociferar, echar espumarajos por la boca contra tanto esnobismo insoportable y proclamar a gritos , ya sin (tanta) vergüenza:
-No soy un sibarita. No soy un gourmet. Me intimidan las corbatas negras de los vendedores de Nespresso: el café está bueno, pero ¿es necesario hacerte sentir como un intruso en un concesionario de Ferrari? No distingo unas anchoas de 5 € de unas de 25. No quiero saber cuál es el coupage ideal para la Tinta de Toro. De hecho, no quiero saber qué coño es el coupage. No me gusta el vinagre de moras ni de frutos rojos, ni las reducciones de Pedro Ximénez, ni me gusta… (me tiembla la voz de tanta sinceridad represada)…es hora de confesarlo abiertamente…
¡¡¡NO ME GUSTA LA PUTA TRUFA BLANCA DE LOS COJONES!!!
¡Hala! Ya está dicho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario